lunes, 18 de febrero de 2013

La promoción de un libro

Hola!
 
Hoy quiero compartir con ustedes el esfuerzo que significa promocionar un libro. Es común sentir, después de haber escrito uno, que se ha terminado con satisfacción una carrera como si de algún extraño lugar se nos hubiera encomendado esta. Y un escritor sabe que debe cumplir con ella.
 
Pero, del mismo modo, considero imprescindible no dar por finalizado ese compromiso con la publicación. Es necesario promocionar la obra para que su difusión ayude a llegar a más y más lectores que estarían muy felices de encontrar nuestro libro, pues puede ser precisamente lo que estén buscando en un momento determinado. Y, Quiénes somos nosotros para negarles esa oportunidad?
 
Una vez que hemos tomado un pequeño respiro luego de terminar la obra, hay que usar un poco de esa fuerza que nos llevó a escribir para empezar a promocionar. Si lo comparamos con el fútbol podríanmos decir que  el gol no acaba en el área, que no basta con haber corrido toda la cancha para decir que hicimos bien el trabajo...Hay que meter el gol! Y para eso debemos concentrarnos y empezar a apuntar a pesar del agotamiento de la carrera que acabamos de darle vida a nuestra obra a través de la observación que los demás le den. Y hay muchas maneras de lograrlo.
 
Un blog como este es un primer paso muy importante. Es un lugar en el que podemos ir hablando del libro y, dependiendo de la temática de este, podemos tocar temas en común con nuestra obra que permitan el interés de otras personas en esos temas y que se vinculen de esta manera con el libro.
 
Puede suceder, como en mi caso, que algunas personas se vean interesados en promocionar inclusive al blog, como me ha pasdo hace poco. Y aquí les paso el link de la entrevista que me hizo el departamento de Marketing de la editorial Palibrio colgada en su blog: http://blog.palibrio.com/de-autor-a-autor/autores-palibrio-arturo-visso-el-compromiso-con-el-libro-no-termina-con-la-publicacion/
 
También recomiendo realizar volantes para repartir y donar libros a las bibliotecas. Si están en el exterior no duden en contaxtarse con el consulado de su país, ellos siempre están gustosos de promocionar las obras de sus compatriotas, como me pasó a mí con el cónsulado del Perú en Miami.
 
No duden en poner de cuando en cuando un pequeño aviso en el periódico, boletín o revista local.
 
Un cordial saludo.

domingo, 10 de febrero de 2013

Cómo aprendo Inglés

Hola. Hoy les quiero comentar mi experiencia con el aprendizaje del idioma Inglés. Al tiempo que escribo esto ya he cumplido 25 sesiones de un curso de media hora diaria. El método se llama Pimsleur y es muy publicitado. No estaba seguro si seguirlo al principio justamente por la tremenda publicidad que tiene, y, por lo general, desconfío de artículos o servicios que requieren de tanta promoción, pues en la mayoría de los casos no son del todo confiables. Pero existen excepciones como en este caso.
 
Antes de decidirme a estudiar inglés con el método Pimsleur fuí buscando algunas otras opciones. La primera fué ir a las bibliotecas del condado para seguir los cursos gratuitos que ahí imparten, y, efectivamente, me apersoné a uno de ellos. La clase fué interesante, aunque éramos muchos alumnos y no se podía avanzar a un ritmo parejo, lo que evitaba que los que pudiéramos aprender a un ritmo distinto que otros nos sintiéramos frustrados de alguna manera. Concluí que no aprendería mucho así y, ya que estaba en la biblioteca, busqué un libro que hablara sobre el aprendizaje del idioma, y encontré uno titulado Cómo aprendí Inglés. Lo leí por completo solo para ver qué otros métodos se podían ajustar a mi capacidad de aprendizaje, que es por lo demás regular.
 
En el libro encontré varios casos de distintas celebridades de la política y del espectáculo en donde comentaban cada uno su experiencia. La que más me llamó la atención, y que me pareció la más sincera de todas, fué la de un hombre, del que no recuerdo el nombre ahora, que admitió haber aprendido el idioma a punta de cassettes y libros mientras se enfrentaba, al mismo tiempo, con el idioma en su trabajo en los Estados Unidos. Y lo que más me sorprendió de este caso fué que el hombre admitió haber aprendido mucho más rápido de esta forma que en todas las que había probado antes. Entonces me dí cuenta de que ésa podría ser la manera que se acomodaría conmigo. Pero existían tantos métodos de autoaprendizaje, y yo suponía que la mayoría no daban buenos resultados, que me costó mucho tiempo decidirme por uno.
 
Luego de unos meses de haber decidido que autoaprendería inglés, pero no había dado todavía el primer paso concreto en el inicio de algún método, ví la publicidad del sistema Pimsleur. No les contaré todo lo que dice la publicidad pues no es el objetivo de este post, aunque si les diré que se centra en el aprendizaje del habla tal cual uno lo aprendió en casa, de niño. Eso bastó para que me decidiera a comprarlo. Pero no fué necesario hacerlo. Justo el mismo día que decidí buscar el método Pimsleur estaba por devolver dos grupos de discos que había retirado en forma de préstamo y sin pagar un centavo en la biblioteca. Uno, un video con frases para restauranteas de 45 minutos, lo había revisado por completo. El otro, que saqué pensando en revisarlo también, no había llamado mi atención pues era solo un juego de muchos discos de audio, así que pensaba devolverlo por carecer de sistemas mejores de multimedia que ayudaran a llamar mi atención.
 
De pronto me entró una pequeña curiosidad. Tan poca atención le había prestado a ese grupo de discos que ni siquiera había reparado en ver el nombre del curso. Y, Vaya sorpresa! Al revisar el título de la portada ví que era el método Pimsleur.
 
Entendí que las casualidades de la vida muchas veces no lo son y empecé a estudiarlo inmediatamente. Y les digo ahora que no es nada difícil y, además, a a partir de un determinado número de clases empiezan ligeros ejercicios de lectura que ayudan a reforzar el aprendizaje.
 
Con media hora diaria no estoy corriendo, lo sé. Pero estoy avanzando y no dejo que nada impida mi aprendizaje diario.

Ojalá este post les sirva. Y, si viven en Estados Unidos, les sugiero que aprovechen el método que se encuentra gratis en muchas bibliotecas y enseña también otros idiomas como el francés, alemán y chino mandarín, entre otros.